sábado, 24 de agosto de 2013

LA AMISTAD - HUGO SPAÑOL

(Dr. Hugo O. Spañol, del libro "La enfermedad Emocional")


Los vínculos afectivos se darán por una respuesta inicial instintiva, y se irán fortaleciendo a medida que aparezcan las coincidencias morales, ideológicas, culturales, deportivas, expansivas, etcétera. Cuantas mayores coincidencias se establezcan, más fácil resultará ocupar tiempo en esa relación, favoreciendo su desarrollo. Sin embargo, una amistad es una relación más profunda, y por ese motivo no resulta tan plural.

Frecuentemente se involucra en el concepto de amistad, vínculos tales como compañeros, camaradas, cómplices, compinches, colegas, correligionarios, etcétera.

Pero la amistad, a diferencia de otras relaciones, es un vínculo parejo que se establece entre dos “virtuosos”. La “virtud” de cada uno, será esa condición genética que le permita “admirar” al otro y a través de una actitud recíproca, establecer el sólido vínculo de la amistad. No es infrecuente en otras relaciones, reemplazar la admiración por la envidia, Y eso puede ocurrir en alguna de las partes. El que admira elogia, el que envidia critica negativamente; El que admira construye, el que envidia destruye; el que admira, desea que el otro aumente sus potenciales; el que envidia, pretende lograr los potenciales del otro. Esto ocurre porque el que admira “ama” (esa es la virtud), y el que envidia “quiere”.

Si observamos el comportamiento de los niños, notaremos que en algunos, ya se perfila ese sentimiento, resultando difícil el cambio, debido a que el condicionamiento (sobretodo social), estimula a querer, a poseer y no a dar.

La amistad, como todo vínculo parejo, está integrada por dos partes que brindan comprensión, consideración, admiración y protección en forma proporcional. Es factible encontrar casos en que  un solo integrante posee estas capacidades y la relación funciona de todos modos, esto se debe a que hay uno que aporta y otro que recibe; el inconveniente se plantea cuando debe darse la relación inversa. Estos casos no son normales, pero son comunes. Las otras relaciones no son incorrectas, pero no deberíamos denominarlas “amistad”.  Estos vínculos necesitan un entorno o contexto (un barrio, un colegio, un club, una fábrica, una institución, etcétera), lugares donde se formarán grupos con algunas afinidades permitiendo tener buenos, regulares o malos compañeros, colegas, correligionarios, etcétera. En cambio la amistad no necesita decorado porque se da desde el interior de cada uno.

Para elegir un amigo, primero hay que poder serlo y luego darse la circunstancia del encuentro.  



2 comentarios:

  1. Siento que ser digno de una amistad es lo difícil... Habrá que seguir librando batallas contra el egoísmo y la vanidad...

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  2. Claro que somos egoístas, vanidosos; entiendo que somos afectivamente inmaduros.... y mucho nos queda por madurar.

    Lo que también entiendo es que personas como vos (vos, sin dudas) y cómo tantos de los que aquí estamos trabajando estas cuestiones, "PREPONDERA" ese otro sentimiento de "admiración" y no el de "envidia", "PREPONDERA" sentirnos felices por los logros de los otros y no desear los potenciales ajenos.

    Hay mucho que traemos en los genes, pero indudablemente hay mucho por trabajar, y que al darnos cuenta, del hecho de saber que NO somos perfectos y sí perfectibles, es lo interesante.

    Gracias Chucho, comparto lo que decís en ésta hermosa frase, tan poéticamente y sencillamente expresada que haces, esto de "librar batallas".

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