De Eduardo
Galeano
“Nos convencemos a nosotros mismos de
que la vida será mejor después de casarnos, después de tener un hijo y entonces
después de tener otro. Entonces nos sentimos frustrados porque los hijos no son
lo suficientemente grandes y que seremos más felices cuando lo sean. Después de
eso nos frustramos porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente
seremos más felices cuando salgan de esta etapa. Nos decimos que nuestra vida
estará completa cuando a nuestro esposo/a le vaya mejor, cuando tengamos un
mejor carro (automóvil) o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones,
cuando estemos retirados.”
“La verdad es que no hay mejor momento
para ser felices que ahora. Si no es ahora, ¿cuándo? Tu vida estará siempre
llena de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Una
de mis frases: “Por largo tiempo me parecía que la vida estaba a punto de
comenzar. La vida de verdad. Pero siempre había
algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin
terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Sólo entonces la vida
comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida”. Esta
perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad.”
“La felicidad “es”
el camino; así que atesora cada momento que tienes y atesóralo más cuando lo
compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial para compartir tu
tiempo y recuerda que el tiempo no espera por nadie... así que deja de esperar
hasta que bajes cinco kilos, hasta que te cases, hasta que te divorcies, hasta
el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el
verano, el otoño o el invierno o hasta que te mueras, para decidir que no hay
mejor momento que éste para ser feliz... la felicidad es un trayecto, no un
destino.”
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